En Kolam tenemos muy claro que las pequeñas acciones pueden significar grandes cambios para las personas, de hecho, cada abrazo, cada “muy bien” que reciben los niños tienen un impacto incalculable en ellos. Cuando escuchamos a un adulto y atendemos sus necesidades no sólo estamos haciendo esto, también estamos influyendo en su autoestima, le estamos dando un valor a su vida, a su calidad de vida, que muchas veces no tendrían de otra manera.
En Kolam usamos esta frase muy a menudo “pequeños grandes cambios”.
Recientemente hemos inaugurado un proyecto nuevo, una ludoteca. Un espacio donde niños y niñas pueden venir por las tardes a jugar, hacer manualidades y pasarlo bien. Aparentemente es un proyecto “simple” pero para estos niños es una gran diferencia. Para asistir a la ludoteca tienen que ir obligatoriamente esa mañana a la escuela y desde su creación, prácticamente se ha erradicado el absentismo escolar tan elevado que existía. Los niños que no están escolarizados ya están mentalizados que cuando se abra el periodo de matrícula para el curso que viene, tendrán que ir diariamente. Ya no pasan las tardes solos deambulando por las calles, sino que las pasan en un sitio seguro, donde hay juguetes y actividades pensadas para ellos y donde vienen voluntarios a repartir sonrisas. Un lugar donde ser niños.
Al margen de los proyectos que desarrollamos en Kolam, tenemos muchas pequeñas acciones que mejoran la calidad de vida de personas en India. Hasta ahora no os las contábamos porque se tratan de acciones muy concretas que no se engloban en un proyecto, pero son igual de bonitas y las queremos compartir.
Hoy os contamos una pequeña acción y nos comprometemos a compartirlas todas contigo.
Anna es un hombre de 40 años, vive en una estación de autobús con su familia y se dedica a pedir limosna en la zona turística de Udaipur. No puede andar y se desplaza de un sitio a otro con una tabla de madera con ruedas.
Hace unos días le ofrecimos la opción de compararle una silla de ruedas, para mejorar su comodidad y seguridad, hay que tener en cuenta que el tráfico en India es muy caótico y que prácticamente no hay ninguna norma de circulación. Nos contó que en una silla de ruedas se caía y tiene problemas para subir y que además no tiene fuerza para llevarla por las subidas. Le intentamos convencer de que quizás es por falta de práctica pero no quiso intentarlo, lo que sí nos pidió fueron ruedas nuevas, nos dijo que las que tenía hacía 2 años que las tendría que haber cambiado, se rompieron y entraba tierra en los cojinetes impidiendo que girasen bien y además se tambaleaban y se quedaban trabadas. Así que ¡manos a la obra!
Fuimos al mercado, después de preguntar varias veces, encontramos una pequeña tienda donde venden ruedecitas de todos los diámetros, compramos las 4 nuevas y nos dirigimos a un taller mecánico donde en 1h las cambiaron.
Cuando se lo trajimos de vuelta no podía estar más contento, lo probó y dijo “¡Excelente!”.
Estuvimos un rato halando con él y lo vamos a incluir a él y a su familia en el programa nutricional que Kolam lleva a cabo, donde cada semana reciben un pack de comida formado de:
Estuvimos un rato halando con él y lo vamos a incluir a él y a su familia en el programa nutricional que Kolam lleva a cabo, donde cada semana reciben un pack de comida formado de:
- Harina
- Arroz
- Aceite
- Galletas
- Legumbres
- Especies para cocinar (cada 3 semanas)
- Jabón para la ropa
- Jabón para el cuerpo
Coste de las 4 ruedecitas: 1,57€ x 4u = 6,28€
Coste de cambiarlas: 2,62€
Programa nutricional: 12€ a la semana.
Anna con las ruedas cambiadas. Aunque no lo parezca estaba muy contento pero en India la gente tiene costumbre de ponerse muy seria en las fotos...
Pequeñas grandes acciones que cambian la vida de muchas personas en India.
Nunca nos cansaremos de daros las gracias, cada colaboración, cada esfuerzo que realizáis se convierte en una sonrisa en India.
GRACIAS.
GRACIAS.